La familia - La familia - La familia - La familia --

¿Hasta qué punto hay que honrar a los padres?

2 minutos para leer

Cuando un padre o una madre son personas que merecen respeto no es tan necesario preceptuar que sean honrados, pues la lógica y la moral natural así lo indican. La innovación inherente de este precepto es que, aunque estos no merezcan tanto honor, por ejemplo, por ser personas difíciles y de mal carácter, de igual manera se los debe honrar. Dijeron nuestros sabios: «Aunque el hijo esté vestido con ropajes suntuosos y dirigiendo a la comunidad, si llegan su padre y su madre, le rasgan las vestiduras, lo golpean en la cabeza y le escupen en el rostro, aún entonces no habrá de avergonzarlos, sino que mantendrá silencio y temerá al Rey de reyes que le ordenó venerarlos». Asimismo, una persona cuyos padres no están en sus cabales, no los habrá de avergonzar y procurará conducirse con ellos con amor y respeto conforme a su capacidad hasta que desde el Cielo se apiaden de ellos. Si cada vez que el hijo se encuentra con sus padres surgen discusiones, peleas y le piden al hijo cosas inconcebibles, es mejor que reduzca la frecuencia de sus visitas y solicite a otras personas que los atiendan como corresponde. En caso de que los padres necesiten ayuda permanente, el hijo podrá contratar los servicios de alguien que los asista o procurar alojamiento en un residencial geriátrico. En caso de que esto no sea posible, es su deber atenderlos y tratar de conducirse con ellos de un modo respetuoso y amable.

Los padres deben ser cuidadosos de no cargar en exceso a sus hijos para no hacerlos fracasar en el cumplimiento del precepto de honrarlos. Cuando un padre golpeaba a su hijo ya adulto, el tribunal rabínico lo castigaba porque podía hacer enojar a su hijo y hacerle incurrir en el pecado de golpear a su padre. Cabe destacar que a pesar de que en el pasado padres buenos educaban a sus hijos pequeños también por medio de algún castigo corporal, al punto de que está escrito: «Quien le evita la vara, odia a su hijo» (Mishlei-Proverbios 13:24), en la actualidad se debe restringir y limitar toda forma de castigo físico.