HaShem creó al ser humano a Su imagen. La expresión fundamental de este hecho es la capacidad humana de escoger, pensar, planificar y emprender. Por lo tanto, es responsable de sus actos, en caso de escoger el bien se beneficiarán tanto él como el mundo entero, en caso de escoger el mal, el perjuicio recaerá también sobre ambos. Tal como el ser humano es responsable por sus acciones, de igual manera tiene el derecho de disfrutar del fruto de su trabajo, de su talento y de la bendición de HaShem sobre todo cuanto hace. Este derecho genera la propiedad, por lo que aquello que el ser humano produce por medio de su talento y esfuerzo – le pertenece. De igual manera, le pertenece aquello que adquiere por medio de dinero que ganó honestamente o heredó de sus padres.