La Torá nos ordenó ayudar a las personas pobres de cuatro maneras: en el pasado remoto, la primera y principal era por medio de los cinco obsequios que los pobres recolectaban en los campos por sus propios medios; la segunda es dar tzedaká para cubrir las carencias básicas de la persona necesitada; la tercera es el diezmo para el pobre (ma'aser aní) que se separaba y en el tercero y sexto año del ciclo del año sabático y por medio del cual los indigentes podían vivir en relativo bienestar durante dos de los siete años del ciclo; la cuarta consistía en invitar a las personas pobres a las alegrías y comidas festivas de quienes peregrinaban al Templo de Jerusalém, cuando comían los frutos del segundo diezmo (ma'aser shení) y la carne de la ofrenda correspondiente al diezmo animal (ma'aser behemá).