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Es preceptivo para los hombres colocar tefilín tanto en el brazo como sobre la cabeza y expresar así el vínculo absoluto entre el pueblo de Israel y HaShem. El tefilín del brazo debe ser amarrado sobre el débil de entre los dos, esto es, el de la mano con la cual no se escribe (por lo general suele ser el izquierdo) en su parte superior, o sea, sobre el músculo que se encuentra entre el codo y el hombro con una tendencia o dirección hacia el corazón. Esta filacteria tiene por finalidad conectar todas las acciones y todos los sentimientos con la fe. El tefilín de la cabeza se amarra de modo tal que toda la caja esté sobre el sitio donde crece el cabello y en medio de los ojos, y está destinado a santificar e inspirar todos los pensamientos.
Primero se amarra el tefilín del brazo y luego el de la cabeza, teniendo cuidado de no interrumpir por medio del habla entre ambas colocaciones. Por la colocación del tefilín del brazo se recita la siguiente bendición: "Bendito eres Tú, HaShem nuestro D's, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus preceptos y nos ordenó colocar el tefilín". Inmediatamente después de recitada la bendición, se ajusta la cinta al brazo y se lo envuelve con siete vueltas y posteriormente se enrolla alrededor de la palma de la mano. Según la tradición sefaradí no se recita una bendición suplementaria previo a ajustar el tefilín de la cabeza. Según la tradición ashkenazí, previo a ajustar el tefilín de la cabeza se recita la siguiente bendición: 'Bendito eres Tú, HaShem nuestro D's, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus preceptos y nos ordenó el precepto del tefilín'.
Es necesario ser cuidadoso en cuanto al respeto por las filacterias, no ingresar con estas al baño ni liberar flatulencias cuando se llevan amarradas. Asimismo, está prohibido dejar de prestarles atención o pensar en deseos prohibidos mientras se llevan puestas. En el pasado, los judíos solían llevar las filacterias colocadas durante todo el día y de ese modo todos podían ver que se trataba de israelitas, y quienes así procedían debían ser cuidadosos de respetarlas durante la totalidad de la jornada sin profanar el Nombre Divino por medio de una conducta indebida. Los sabios prohibieron llevarlas puestas únicamente en horas de la noche, no sea que la persona se duerma y las deshonre. Sin embargo, con el correr del tiempo los judíos se tornaron más estrictos en cuanto al respeto a las filacterias y pasaron a colocárselas únicamente durante el rezo de Shajarit y el estudio contiguo a este. En lugar del tefilín, la kipá (solideo) se transformó en la señal distintiva del judío.
