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La mezuzá se fija en el tercio superior del lado derecho de quien ingresa a la casa o a la habitación. Antes de fijarla se recita la siguiente bendición: 'Bendito eres Tú HaShem, nuestro Dios, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus preceptos y nos ordenó fijar la mezuzá'. La mujer está igual de preceptuada que el hombre a fijar una mezuzá. Hay quienes acostumbran a fijarla en posición completamente vertical, al tiempo que otros acostumbran a colocarla en diagonal con la cabeza en dirección a la casa. Una persona tiene prohibido vivir en una habitación carente de mezuzá, aunque tan solo sea por una noche. Se acostumbra a envolver la mezuzá herméticamente con nylon e introducirla en un pequeño estuche o cajita (bait), tal que pueda preservarse y no se desvirtúe denigrantemente por causa del desgaste.
El precepto de colocar la mezuzá aplica a la puerta de entrada de la casa y a las de todas las habitaciones, salvo aquellas que no pueden ser empleadas para cuestiones relativas a la santidad como el excusado o el cuarto de baño, razón por la cual están exentas. Un pequeño cuarto que no tiene las medidas mínimas de cuatro codos por cuatro codos (1.8 m. x 1.8 m.) está exento de mezuzá ya que no puede servir como vivienda. Una tienda u oficina, si bien no sirven como sitio de residencia, dado que en su interior se colocan mercancías y equipamiento y a veces también se come – son consideradas como una casa y se debe fijar en ellas mezuzá.
