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Tal como aprendimos, el significado de teruá es quebrantamiento y angustia, llanto y cambio estructural profundo. Dado que en Rosh HaShaná todos se presentan a juicio ante el Creador, y HaShem está por recrear la vida del nuevo año, se despiertan un gran temor y una gran angustia en el mundo, dado que el ángel acusador (Satán) se planta ante nosotros y no sabemos quién habrá de vivir y quién habrá de morir, quién gozará de salud y quién padecerá sufrimientos. En la medida que un judío entiende mejor la responsabilidad que HaShem depositó sobre el pueblo de Israel en lo referente a la preservación y la reparación del mundo, mayor es el temor que siente. En un gesto de bondad para con nosotros, HaShem nos ordenó tocar el Shofar para así endulzar el rigor del decreto, ya que al coronar a HaShem y aceptar su veredicto por medio del toque del Shofar, nos despertamos al retorno en arrepentimiento y a la reparación de aquello que requiere ser corregido. Por lo tanto, si bien la duración del sonido de la teruá es breve, expresa el carácter del día, al grado de que todo este recibe el nombre de 'Yom Teruá' (lit. 'Día del Toque del Shofar').
Si bien el toque del sonido de la teruá es la principal acción del día, es preceptivo rodearlo o envolverlo de sonidos de tekiá. Esto es, antes de la teruá se toca una tekiá, y luego de la teruá se toca otra tekiá. La tekiá es un sonido simple y prolongado que expresa alegría y reunión, ya que todos los sonidos convergen en una sola y simple tekiá. Resulta entonces, que, si bien el aspecto principal de Rosh HaShaná es el toque de la teruá y el juicio, es preceptivo rodear a la teruá de otros sonidos que expresen alegría, porque el objetivo final del proceso es positivo, apartarnos del mal, mejorar nuestras acciones y beneficiar nuestro destino. Así, en cada serie, la primera tekiá expresa la rectitud natural del alma tal como la de un niño pequeño que no alcanzó aun a pecar. La teruá en sus tres variantes expresa las complicaciones, las caídas y los pecados que acompañan a nuestra vida. La tekiá posterior a la teruá, expresa el retorno en arrepentimiento y la reparación posterior al traspié.
