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Es preceptivo no hacer incurrir a una persona en una transgresión, ni ayudarle en su realización. Por lo tanto, está prohibido permitir a un judío profanar el Shabat con nuestras pertenencias, por lo que no se le debe prestar el automóvil para usarlo en Shabat. Se permite invitar a un judío no observante a participar de una cena sabática o a pasar todo el Shabat, aunque sea dable suponer que tras comer habrá de viajar en automóvil a su casa, a condición de que se le ofrezca sinceramente sitio para dormir, ya que de ese modo la invitación no implica forzosamente la profanación del Shabat. Sin embargo, a veces, por cuestiones educativas es necesario abstenerse de hacerlo.
Hay quienes prohíben realizar una ceremonia de bar mitzvá en la sinagoga para una familia no observante, cuando resulta evidente que parte de los invitados llegarán en automóvil. Otras autoridades halájicas lo permiten, ya que los miembros de la sinagoga no les pidieron a estos que viajen en sus autos y de no manejar hacia esta lo harán rumbo a otras direcciones. En la práctica, cuando los invitados no observantes respetan la sinagoga y tienen el recaudo de no profanar el Shabat en su interior hablando por teléfono etc., no hay prohibición de realizar la ceremonia. A propósito, existe otra propuesta y es la de llevar a cabo la celebración del ascenso a la lectura de la Torá los lunes o los jueves.
