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La inmersión se lleva a cabo por la noche, tras concluir los siete días limpios. Para que sea apta, todo el cuerpo debe ser cubierto por el agua y si alguna parte, por pequeña que sea, (como un dedo o un cabello) no se sumergen la inmersión resulta defectuosa. Dado que la mujer no puede verse a sí misma y se teme que quizás alguna parte de su cuerpo o algún cabello pudiesen quedar fuera del agua, se acostumbra que haya una asistente que revise la inmersión (balanit) y se cerciore de que resultó completa. La inmersión se lleva a cabo en una postura que le permite al agua tener contacto con todo el cuerpo, esto es, en posición semi fetal con las piernas abiertas y los brazos separados del cuerpo sin ningún órgano contraído.
La costumbre extendida es que la mujer se sumerja primero para mojar todo su cuerpo sin dejar ninguna parte seca, luego eleve su cabeza fuera del agua y recite la bendición: "Bendito eres Tú SEÑOR, nuestro Dios, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus preceptos y nos ordenó lo referente a la inmersión ritual" (Baruj Atá Ad-onai Eloheinu Melej Haolam Asher Kidshanu Bemitzvotav Vetzivanu Al Hatevilá). Acto seguido se sumerge y completa la inmersión purificadora.
