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Cuando todo el pueblo de Israel regrese a su tierra y erija el Gran Tribunal de setenta y un sabios, conocedores tanto de la Torá como de las demás ciencias, esta institución tendrá el deber de organizar la distribución equitativa de las tierras para todos los hijos de Israel incluidos los hijos de los conversos que sufrieron junto a los judíos de las persecuciones del exilio. Sin embargo, en la actualidad la tierra no es el principal medio de producción, por lo que distribuir la tierra equitativamente no otorgará una base de equidad a todos. De todas maneras, consideramos que del precepto del jubileo debemos aprender dos principios fundamentales. En primer lugar, así como la tierra laborable fue equitativamente distribuida, de igual manera corresponde que repartamos con justicia los recursos naturales que HaShem creó. Entre estos se incluye la tierra para construir, el agua, el petróleo, el gas, las costas, el espacio electromagnético, el aire y la luz solar. En segundo lugar, así como la Torá nos ordenó distribuir equitativamente los medios de producción de igual manera debemos otorgar a los jóvenes una educación que en la medida de lo posible les confiera una oportunidad igualitaria de ganarse el sustento por medio de su talento y esfuerzo.
Ambos fundamentos pueden combinarse por medio de la adjudicación del dinero obtenido por la explotación de recursos naturales a garantizar la mejor formación profesional posible para cada individuo. De ese modo habremos logrado efectivizar la idea de la distribución de la tierra laborable entre todo el pueblo de Israel, incluyendo la reparación social que el mecanismo del regreso de las tierras durante el jubileo aseguraba, ya que proveer educación de calidad a todos, permite que también los hijos de padres indigentes puedan alcanzar una buena profesión acorde a su talento y a su esfuerzo. Además, puede quizás también sugerirse que así como en el jubileo los campos retornaban a sus dueños originales y los siervos se liberaban retornando a sus hogares, de igual manera cabe que los sabios de Israel analicen en profundidad la estructura de la economía moderna y consideren si corresponde que en el año del yovel un porcentaje determinado de la riqueza acumulada sea reinvertido en el sistema educativo y en la formación profesional, para que de ese modo sea nuevamente distribuida entre todos de un modo equitativo.
