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Naturalmente, a veces surgen pleitos y disputas entre las personas y para resolverlos de un modo justo es preceptivo nombrar en cada ciudad jueces que diriman las diferencias entre los individuos al tiempo que castiguen y multen a quienes obraron en perjuicio de sus semejantes. Asimismo, es preceptivo también apostar policías que hagan cumplir la normativa vigente, así como los fallos judiciales, tal como fue dicho: "Jueces y alguaciles deberás designar para ti, en todas tus ciudades -que HaShem tu D’s te concede a ti para tus tribus; y deberán juzgar al pueblo: ¡Juicio de equidad!" (Devarim-Deuteronomio 16:18).
Es normativo agilizar los procedimientos judiciales y resolver con la mayor premura posible cualquier pleito, ya que en la medida que estos se extiendan en el tiempo la enemistad entre las partes puede intensificarse. Por ello, es preceptivo que los jueces se ubiquen en el portón de la ciudad con la finalidad de concluir todo diferendo en cuestión de pocas horas o a lo sumo en pocos días, y solamente cuando una de las partes requiere de tiempo para reunir pruebas o citar un testigo – se le habrá de otorgar un plazo razonable para hacerlo.
