Está prohibido efectuar un tatuaje en el cuerpo, esto es, grabar en este una figura indeleble, tal como fue dicho: "… ni tatuaje os haréis, Yo soy HaShem" (Vaikrá-Levítico 19:28). Si bien este precepto es una ley, igualmente en las leyes encontramos sentido y explicaciones: el cuerpo representa al ser humano tal como D's lo creó, y debe reflejar su mundo interior que es la imagen de HaShem, y quien se hace un tatuaje desvía la atención de su valor inherente como individuo dirigiéndola hacia un mensaje parcial y específico. Así, la persona se denigra, transformándose en la base de una inscripción determinada y pierde de su valor intrínseco y singular.