Un hombre no puede afeitar su barba con una navaja, esto es, cortarla de raíz de manera tal que el filo tome contacto con el rostro, tal como fue dicho: "…no dañarás el borde de tu barba" (ídem). Sin embargo, esto se permite mediante una máquina afeitadora que posee una red que se interpone entre las cuchillas y la piel, y de ese modo corta el cabello facial como una tijera, por lo cual se considera que no elimina el cabello desde su raíz.
Los sabios cabalísticos dijeron que el cabello de la cabeza insinúa a los pensamientos elevados que trascienden nuestra comprensión, las patillas representan su descenso hacia nuestra consciencia y la barba, simboliza a aquellas ideas que ya están suficientemente consolidadas como para guiar nuestras vidas, por lo que quien afeita su barba con una navaja elimina la influencia de estos pensamientos en su propia existencia. Quien corta en redondo la cabellera de su cabeza y afeita sus patillas bloquea el descenso del flujo de las ideas, y quien daña su barba rasurándola con una navaja - evita la influencia de estas en su vida. Hay quienes entienden que no es correcto agregar este tipo de explicaciones y que lo principal es cumplir el precepto tal como lo ordenó HaShem.