Si bien esto no resulta obligatorio, al final del rezo se acostumbra a recitar cánticos y plegarias para culminar así con palabras de alabanza a HaShem y acrecentar la fe de cara una nueva jornada laboral. Además, dado que se trata de versículos de los Profetas y los Hagiógrafos, su recitado es considerado como estudio de Torá, y como había personas legas o menos devotas (amei haaretz) que no fijaban tiempos para el estudio, se amplió el recitado de estos pasajes bíblicos para así hacerlas meritorias de una mayor cuota de aprendizaje. A estos efectos, se escogieron cánticos y versículos poseedores de una especial importancia para intensificar la fe en HaShem y la redención del pueblo de Israel, así como también un cántico proveniente de los Salmos que era recitado por los levitas en el Sagrado Templo al culminar el sacrificio de la ofrenda permanente. Asimismo, se recita 'la preparación del incienso' (pitum haketoret) que se corresponde con el sahumerio que los cohanim realizaban em el Sagrado Templo diariamente tanto en Shajarit como al atardecer. Se culmina con la plegaria 'Aleinu LeShabeaj' que potencia aún mucho más la fe, y en virtud de su importancia se acostumbra a recitarla de pie.