No malograr o destruir (bal tashjit) Árboles frutales y la prohibición de cortarlos Reglas referentes a la prohibición de provocar sufrimiento animal Preceptos para con los animales La prohibición de castrar a los animales La mezcla de especies animales en la cruza y en el arado La mezcla en árboles frutales Mezcla de semillas Sha'atnez La prohibición de guiarse por las normas o las costumbres de las naciones Dañar el borde la barba La prohibición de cortar en redondo la cabellera de la cabeza La prohibición de flagelar el cuerpo y arrancar cabellos en señal de profundo dolor Tatuaje
- Entre el hombre y su Creador -

Se permite destruir cuando esto resulta beneficioso

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Se permite destruir cuando esto resulta beneficioso

Cuando la destrucción tiene lugar en aras de una finalidad importante, no se considera 'malograr' o 'estropear' y no está prohibida. Por ejemplo, cuando el mercado se ve inundado de fruta barata, se permite destruir parte de la cosecha para que resulte más rentable recolectar la parte restante y comercializarla. Asimismo, es preceptivo quebrar una copa bajo la jupá para recordar en un momento de alegría la destrucción del Templo de Jerusalém. Así también, los deudos de un fallecido deben rasgar sus vestiduras, y esto no solo no está prohibido, sino que es una acción preceptiva por medio de la cual se honra al fallecido y se guarda luto por él. Sin embargo, los deudos tienen prohibido rasgar por el fallecido demasiadas prendas, para no incurrir en la prohibición de 'no destruir'.

Quien posee una prenda o un mueble usados puede decidir que ya no los quiere retener puede deshacerse de ellos y adquirir nuevos. Aunque los objetos viejos estén aun en condiciones de ser usados, el deshacerse de ellos no está prohibido ya que una persona no está sometida a sus ropas o muebles y cuando ya no está satisfecho con ellos puede adquirir otros en su lugar. Sin embargo, si los objetos usados están en buen estado, el interesado en deshacerse de ellos debe procurar encontrar personas que puedan disfrutar de ellos. Si los dona para los pobres se le considera que cumplió con el precepto de tzedaká. Sin embargo, cuando el valor del esfuerzo requerido para encontrar interesados en los objetos usados es superior a su valor de mercado no es preceptivo esmerarse en encontrarles destinatarios y solamente se trata de una acción especialmente piadosa.

Estropear y denigrar alimentos Estropear y denigrar alimentos