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Parejas que no pudieron tener hijos

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Parejas que no pudieron tener hijos

Duro es el sufrimiento de las parejas que no pudieron tener hijos, y a pesar de la dificultad, deben creer que todo es para bien y que ello está destinado a refinarlos e incrementar su felicidad en este mundo y en el venidero. Además de los tratamientos médicos, es preceptivo que le recen a HaShem. A veces, cuando se trata de almas muy preciadas, resulta difícil hacerlas descender al mundo y solamente por medio de la oración de los padres y su fortalecimiento en el estudio de Torá y la realización de acciones generosas el mundo se torna apto para su descenso. Por ello, sabemos de justos y justas que fueron estériles, y de Janá aprendimos que por el mérito de una plegaria que atravesó los cielos puedo nacer Shmuel, que fue el mayor de los profetas después de Moshé Rabenu. 

Si pasaron diez años, la pareja no logró engendrar y según el diagnóstico médico sería posible que los cónyuges lograran procrear en el marco de otros matrimonios, es preceptivo que se divorcien para volverse a casar en segundas nupcias. En caso de que se quieran mucho y la separación les provoque un sufrimiento terrible, pueden continuar juntos. En la actualidad, a los efectos de solucionar algunos problemas es posible recurrir a un vientre en alquiler.

En caso de que adopten un hijo, cumplirán un gran precepto, tal como dijeran nuestros sabios: "Todo aquel que cría a un huérfano o una huérfana en su casa se considera como si lo hubiese engendrado". Si se dedican a la educación, entregándose a la formación de alumnos en el camino de la Torá, los preceptos y la conducta ética, en cierta forma esos educandos serán considerados como sus hijos. Un donativo económico destinado a la educación de niños con carencias puede ser considerado también como un sustituto del precepto de procrear.

Un consuelo para quienes carecen de hijos Un consuelo para quienes carecen de hijos