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Dificultades en el cumplimiento del precepto

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Dificultades en el cumplimiento del precepto

Dado que el matrimonio se manifiesta en el cumplimiento del precepto de oná, cuando uno de los cónyuges no está dispuesto a mantener relaciones sexuales como corresponde, el otro está en su derecho de reclamar el divorcio, y en caso de reiteración frecuente y real, es recomendable divorciarse. Por lo tanto, cuando existen limitantes físicas o psíquicas que impiden el contacto, es preceptivo recurrir a la ayuda de un rabino, un consejero o un médico, siempre de acuerdo con la naturaleza del caso y su gravedad. También en aquellos casos en los que se logra tener el contacto, pero no complacer como corresponde, se debe hacer todo lo posible para solucionar el problema y cumplir el precepto como se debe de modo placentero y con alegría.

Sin embargo, existen casos difíciles en los que por diferentes motivos tanto síquicos como físicos, a pesar de haberse asesorado y a pesar del esfuerzo invertido en buscar una solución, una de las partes no logra alegrarse en el cumplimiento del precepto. En el caso de la mujer, mientras acepte mantener relaciones en los tiempos prefijados por el amor que tiene por su marido - es posible mantener el matrimonio. En el caso del hombre la situación es más compleja, ya que si no logra efectivizar el contacto la mujer está en su derecho de reclamar el divorcio, pero como ella lo ama, tiene el derecho de continuar viviendo con él, y por su parte el marido deberá procurar alegrarla por todos los medios que estén a su alcance.

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