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Como regla general, está prohibido que una pareja que aún no cumplió con el precepto de la Torá evite el embarazo, pero en caso de gran necesidad está permitido hacerlo temporalmente. No obstante, ello debe realizarse de un modo que no implique la eyaculación en vano, o sea, por medio de píldoras o de un dispositivo intrauterino, y en caso de necesidad por medio de un diafragma, supositorios o espuma espermicida mas no por medio de preservativos. Después de cada parto, está permitido y hasta resulta recomendable hacer un descanso hasta el próximo embarazo para que la madre se recupere. Tras haber cumplido con el precepto según la Torá se puede a priori evitar el embarazo durante dos años hasta el siguiente, pero más que eso no es correcto. Tras haber cumplido el precepto rabínico se puede evitar el embarazo por los medios ya mencionados durante un tiempo ilimitado.
Está prohibido que un hombre pase por un proceso de castración, y nuestros sabios agregaron que también la mujer tiene prohibido esterilizarse. Para casos en los que el embarazo pueda resultar peligroso existen soluciones halájicas para evitarlo sin realizar una esterilización prohibida y sin afectar el regular y periódico cumplimiento del precepto de oná.
