Así como el mundo fue creado en siete días, de igual manera la alegría de la conformación de una nueva familia se prolonga por siete días. El primer día es el de la boda, y aunque la ceremonia haya comenzado unos pocos minutos antes de la puesta del sol, estos son considerados como el primero de los siete. Hay otros seis días completos que concluyen con la puesta del sol. Cuando la jupá tiene lugar pasada la puesta del sol hay otros siete días festivos completos por delante. Durante los siete días el novio y la novia deben alegrarse el uno con el otro y junto a la familia y los amigos, no deben ir a trabajar ni ocuparse de cuestiones comerciales. Se acostumbra a que durante los siete días los novios vistan ropas festivas y donde quiera que vayan lo hacen juntos.
Se procura realizar una comida festiva cada uno de los días y después del Birkat HaMazón recitar las siete bendiciones nupciales. A estas comidas se las llama 'comidas de las siete bendiciones' (se'udat sheva berajot). Para ello, es necesaria la presencia de un minián o quorum de varones adultos, y uno de ellos debe ser un 'rostro nuevo' (panim jadashot), o sea, una persona que aún no ha participado de esta alegría y por su mérito el regocijo se renueva. En Shabat y festividades no es necesaria la presencia de un invitado nuevo ya que la santidad del día potencia la alegría. En el Shabat que cae durante las sheva berajot se acostumbra a que el novio suba a la Torá, razón por la cual se lo llama Shabat Jatán o 'El Shabat del novio'.