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Existen dos enfoques respecto de cómo cumplir con el precepto de beber: Hay autoridades halájicas que entienden que el precepto se cumple bebiendo más de lo común hasta embriagarse y ponerse alegre sin llegar al grado de la borrachera que pudiese provocar una conducta no honorable. Otros juristas, entienden que el precepto implica emborracharse, al grado de que resulte posible que adopte alguna conducta menos honrosa, y a veces hasta se denigre un poco en el marco de su alegría. Sin embargo, quien piense que a raíz de su borrachera pudiese denigrarse en exceso o realizar acciones prohibidas, debe abstenerse de alcanzar un avanzado estado etílico. En la práctica, toda persona debe escoger por sí misma el modo de beber y de alegrarse que le resulte apropiado. Las mujeres también están preceptuadas de beber vino en abundancia y alegrarse, pero corresponde que se cuiden más de no alcanzar la borrachera pues esta es más denigrante para ellas que para los hombres.
