Los jueces han de ser "hombres de virtud, temerosos de D's, hombres de verdad que aborrecen el lucro" (Shemot-Éxodo 18:21). 'Hombres de virtud temerosos de D´s', esto es, personas valientes que juzgan con rectitud sin temer a las amenazas de las que puedan ser objeto por parte de delincuentes o a la presión de la opinión pública. En ese sentido, la Torá les dice a los jueces: "no habréis de temer por causa de hombre alguno, ya que el juicio es ante D's" (Devarim-Deuteronomio 1:17). 'Que aborrecen el lucro', se refiere a personas que detestan dinero que no les llega por vía recta, para que no se vean tentados a recibir sobornos, tal como fue dicho: "y soborno no habrás de aceptar, ya que el soborno enceguece a los que tienen visión y deteriora las palabras de los justos" (Shemot-Éxodo 23:8). Hombres de verdad, que se conduzcan con equidad y no otorguen preferencias a nadie, tal como fue dicho: "No hagáis iniquidad en el juicio. No favorecerás al pobre ni mostrarás deferencia para con el grande, con equidad habrás de juzgar a tu prójimo" (Vaikrá-Levítico 19:15).