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El comienzo de nuestro pueblo se remonta a la orden dada por HaShem a nuestro patriarca Abraham de ascender a la tierra de Israel para establecer allí una gran y bendita nación. Una nación que revelara la palabra de D's en el mundo y trajera bendición para todos los pueblos, tal como fue dicho: "Dijo HaShem a Abram: Vete de tu país y de tu lugar natal y de la casa de tu padre, a la tierra que habré de mostrarte. Y te haré un pueblo grande, te bendeciré y engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan y al que te maldiga, maldeciré y serán bendecidas por tu causa todas las familias de la tierra" (Bereshit-Génesis 12:1-3). Asimismo, a nuestro patriarca Ytzjak le fue dicho: "Y serán bendecidas por tu descendencia todas las naciones de la tierra" (ídem 26:4), y a nuestro patriarca Ya'akov: "Y serán bendecidas por tu causa todas las familias de la tierra y por la de tu descendencia". En otras palabras, la misión del pueblo de Israel es la de perfeccionar el mundo bajo la soberanía del Todopoderoso, esto es, revelar en el mundo la fe en HaShem y el camino que conduce a una vida de bendición, a la luz de los valores verdaderos y el bien Divino, y por medio de un proceso gradual influir bien y bendición a todas las naciones, familias e individuos.
