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Las prohibiciones respecto de alimentos de gentiles

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Además de los motivos particulares de cada uno de los alimentos prohibidos, las limitantes dietéticas tienen por cometido diferenciar y santificar al pueblo de Israel, tal como fue dicho: «Yo soy HaShem vuestro D’s, que os he distinguido a vosotros de entre los pueblos. Habréis de distinguir entre el animal impuro y el puro…Seréis para Mí consagrados, ya que Santo soy Yo HaShem, y os distinguí a vosotros de entre los pueblos, para que seáis para Mí» (Vaikrá-Levítico 20:24-26). Además, nuestros sabios decretaron que los hijos de Israel no coman pan elaborado por gentiles, ni comidas cocinadas por gentiles, así como tampoco consuman vino o leche producida por estos. Si bien es preceptivo amar a todo ser humano sin distinción de raza o religión, siendo la misión última del pueblo de Israel el traer bendición y bien a todas las naciones, tal como le fuera dicho a nuestro patriarca Abraham: «y serán bendecidas por tu causa todas las familias de la tierra» (Bereshit-Génesis 12:3), a los efectos de que el pueblo de Israel pueda prodigar bendición a todos los seres humanos debe apegarse a la Torá y al cumplimiento de preceptos, erigir un reino de sacerdotes y constituir una nación sagrada para que la luz Divina y Su bendición se expandan por todos los ámbitos de la vida de Israel y a partir de allí se extienda la inspiración a todos los pueblos. Para ello, el pueblo de Israel debe preservar su singularidad y establecer un cerco protector que evite que sus hijos se mezclen entre los gentiles y olviden su misión. Dado que los alimentos acercan a los corazones, nuestros sabios establecieron decretos restrictivos destinados a diferenciar al pueblo de Israel de las naciones, evitando que ingieran alimentos y bebidas de gentiles tales como vino, pan y guisados, aunque sus ingredientes sean kasher. En un mismo sentido, el Rav Tzví Yehudá Kuk enfatizaba reiteradamente que ‘distinción no implica separación’, y agregaba, que cuando se difunda esta frase llegará la redención para el mundo, ya que esta comprensión permite revelar la singularidad de cada persona y cada nación de un modo ético sin denigrar a las demás etnias y preservando las buenas relaciones que deben imperar entre todos los seres humanos.

A veces, no resulta posible conformarse con la respetable diferenciación entre el pueblo de Israel y las demás naciones, porque cuando las naciones y los grupos humanos escogen el mal, resulta necesario condenarlos y separarse de estos y de sus perversidades. A los efectos de proteger al pueblo de Israel de su influencia nuestros sabios dispusieron una grave restricción al consumo de vino que fuera tocado por un idólatra, prohibiendo también la obtención de cualquier ulterior beneficio de este. Resulta entonces que el apartarse de los alimentos de los gentiles obedecen a estos dos propósitos: crear un ámbito separado y especial para el pueblo de Israel y alejar a nuestra nación de aquellas culturas en las que el mal ocupa un sitio destacado.