)
En la práctica, la actitud hacia quien desea convertirse es compleja, ya que el converso es querido y bien aceptado cuando desea ingresar al pueblo de Israel por amor al Cielo, para sumarse al gran objetivo judío que es reparar el mundo bajo la soberanía de D's. Pero si su intención no es pura, nuestros sabios dijeron que sobre quienes lo convierten sobrevendrá una desgracia tras otra, ya que al nuevo judío le resultará dificultoso integrarse y padecerá de numerosos problemas. Por ello, la labor de los rabinos que se ocupan de convertir es compleja, si reciben a las personas no adecuadas – pecan, y si rechazan a un prosélito de intenciones genuinas – cargan con una transgresión. Nuestros sabios dijeron que por haber denegado la aceptación a Timna nació Amalek, el pueblo que persiguió a Israel. A veces, la situación resulta compleja, las intenciones del converso no son puras y por ello su conversión genera desgracias, pero dado que también posee una intención verdadera, finalmente se integra y el pueblo de Israel se ve bendecido.
