Quien se encuentra en duelo por un ser querido fallecido o por otra cuestión no debe lacerar su carne hasta sangrar o arrancar los cabellos de su cabeza, tal como fue dicho: «No haréis incisión en vuestra carne por un muerto» (Vaikrá-Levítico 19:28), «Hijos sois vosotros para HaShem vuestro D’s; no habréis de rasgaros (lacerar vuestro cuerpo) ni habréis de hacer tonsura por sobre vuestros ojos, por un muerto. Ya tú eres un pueblo consagrado para HaShem tu D’s, y a ti ha elegido HaShem para ser para la nación singular entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra» (Devarim-Deuteronomio 14:1-2). O sea, dado que sois hijos para HaShem, debéis recordar que Él es providente y se preocupa por vosotros, e incluso el dolor por el que atravesáis ahora es para vuestro beneficio tanto en este mundo como en el venidero, por lo que debéis ser un ejemplo de fe para todas las naciones, y por ello jamás debéis enlutaros o acongojaros al punto de que atentéis contra vuestros cuerpos.