Nuestros sabios prohibieron el consumo de leche ordeñada por un gentil, no sea que mezcle en esta otra proveniente de un animal impuro. Sin embargo, si un judío supervisa al gentil durante el ordeñado la leche es kasher, y no es necesario que este vea el ordeñado directamente, sino que alcanza con que el gentil sepa que el judío puede entrar en cualquier momento y percatarse si mezcló leche de un animal impuro. Según la opinión mayoritaria de las autoridades halájicas no resulta necesario supervisar a las grandes compañías lecheras que declaran que la leche que expenden es de vaca, puesto que leche impura resulta más costosa y no hay motivo alguno para que la mezclen con la vacuna, y además, la ley les prohíbe mezclar la leche de vaca con otro producto sin declararlo. Otras autoridades halájicas son más estrictas y entienden que no se puede confiar en ello y que un judío debe supervisar el ordeñado de manera directa o a través de cámaras. En la kashrut común se procede conforme a la opinión mayoritaria más flexible, y en la kashrut mehadrín (con excelencia) se procede según la opinión más estricta. Nuestros sabios prohibieron el queso elaborado por gentiles, y en caso de haber supervisión judía durante el proceso de la elaboración, este será kasher. La misma norma aplica para los quesos blancos y el yogurt.
