La Torá dividió a los animales en cuatro categorías: 1) Mamíferos salvajes y domésticos (behemot y jaiot). 2) Peces. 3) Aves. 4) Sheratzim (reptiles, insectos y gusanos, incluida la langosta de tierra). En todas estas familias existen especies aptas para su consumo que reciben la denominación de ‘puras’ y otras cuya ingestión se prohíbe y son denominadas ‘impuras’.
Mamíferos salvajes y domésticos: Las especies aptas o kasher poseen dos señales distintivas características de los herbívoros que no son rapaces. La primera es que son rumiantes, o sea, poseen un aparato digestivo especial destinado a procesar hierbas. La segunda, poseen pezuña partida, sus patas carecen de garras para atrapar a su presa y en su lugar su pezuña está dividida y rodeada de un casco. Las especies puras conocidas son: el toro, el cordero, la cabra, el antílope y el carnero. Por otra parte, la mayor parte de los mamíferos son impuros, entre los que se incluyen el cerdo, el caballo, el burro, el camello, el conejo, la liebre, el perro, el león, el tigre, el oso y el elefante.
Aves: Si bien nuestros sabios indicaron determinadas señales distintivas de las especies puras, dado que se tratan de características no del todo claras, en la práctica nos basamos en la tradición. Entre las aves kasher se encuentran el gallo, el pavo, el ganso, el pato doméstico, el pato cebado y las palomas. Entre las impuras se incluyen el buitre, el halcón, la lechuza, el avestruz, el búho, la cigüeña y la abubilla.
Peces: Las señales de los peces puros son las siguientes: aletas y escamas. Las aletas a los lados del pez le ayudan a nadar y a navegar, las escamas son una cobertura que crece sobre su piel y le hace de protección suplementaria.
Sheratzim: Tal como estudiamos, está prohibido ingerir sheratzim (arriba inciso 7), sin embargo, existe una especie llamada saltamontes (jagav) cuya característica más significativa es que se pasea sobre la tierra y posee variedades aptas para su ingestión, las cuales reciben el nombre de langosta, que a veces se multiplican y migran en enormes bandadas, y sus características fueron conservadas por la tradición entre los judíos provenientes del Yemen y Marruecos.
