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Las leyes de Jadash y Orlá

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Está prohibida la ingestión de la cosecha de cereales que crece cada año hasta el día siguiente del primer día festivo de Pesaj, que es cuando se ofrenda de esta el Omer, para que el primer producto del campo sea para HaShem. Esta prohibición se mantuvo vigente después de la destrucción del Templo y toda la cosecha que comenzaba a crecer después del día de la ofrenda del Omer, o sea, después del 16 de Nisán, su uso era permitido solamente una vez pasada la misma fecha, pero del año siguiente. Esta prohibición recibe el nombre de jadash (lit. nuevo) y recae sobre cinco cereales: trigo, cebada, espelta, avena y centeno. Las frutas que crecen sobre los árboles durante los primeros tres años reciben el nombre de orlá y está prohibido ingerirlas u obtener de ellas beneficio alguno, las del cuarto año son sagradas y es preceptivo ingerirlas en estado de pureza en Jerusalém. A partir del quinto año, las frutas que crecen sobre los árboles son comunes (julín), esto es, se permite ingerirlas una vez que separamos de ellas las ofrendas y los diezmos (terumot uma’asrot). 

Las prohibiciones de jadash y orlá rigen también en el extranjero y hay quienes entienden que la primera no aplica fuera de la tierra de Israel. 

Estos preceptos encierran dos ideas. La primera es enseñarnos a contenernos y a no devorar y malograr de inmediato aquello que logramos obtener. La segunda, que corresponde dedicar lo primero de la cosecha a los valores vinculados a lo sagrado. Por ello, la primera cosecha se ofrenda a HaShem, las primeras frutas recolectadas y permitidas se ingieren en estado de pureza y con alegría en Jerusalém. En la actualidad, que no resulta posible comer las frutas del cuarto año en Jerusalém en estado de pureza, estas son redimidas a través de una moneda o de una comida por el valor de una prutá (moneda) y se la oculta.