A lo largo de toda la festividad de Purim, tanto por la noche como durante el día, es preceptivo que abunde la alegría. Cuanta más alegría introduce la persona a su celebración, mayor es la excelencia con la que cumple el precepto. Sin embargo, lo principal del mandamiento radica en llevar a cabo en Purim, en el día, un banquete importante en el cual se beban vino u otras bebidas alcohólicas, tal como fue dicho: «hacer de estos, días de banquete y alegría» (Ester 9:22). Es preceptivo que el banquete se lleve a cabo en compañía de otras personas, junto a la familia o a los amigos, para incrementar así la alegría.
El precepto de alegrarse en Purim es sumamente especial ya que en todas las demás festividades la alegría es preceptiva, tal como fue dicho «Y te regocijarás en tu festividad» (Devarim-Deuteronomio 16:14), y dado que la mayoría de las personas se alegran al beber vino, es preceptivo hacerlo, mas no es obligatorio abundar en ello. Sin embargo, en el caso de Purim, es preceptivo beber en abundancia, tal como fue dicho: «hacer de estos, días de banquete y alegría». Por lo tanto, nuestros sabios dijeron que ‘una persona debe embriagarse en Purim hasta no diferenciar entre el maldito Haman y el bendito Mordejai’.
